Médicos del Mundo y la cooperación internacional Sur-Sur

Haití: cinco años después la reconstrucción es incompleta

Tal día como hoy, un terremoto destructor azotó Haití, matando a 200.000 personas y dejando a 300.000 heridas y 2,3 millones desplazadas. 5 años después, los equipos de Médicos del Mundo, presentes en la isla desde 1989, siguen movilizados, luchando junto a la población haitiana contra la epidemia de cólera que continúa haciendo estragos en el país. Aún hoy 100.000 personas siguen sobreviviendo en campamentos informales y carpas.

Además de la cobertura a las personas desplazadas, la atención en salud básica y la cirugía -se realizaron 580.000 consultas y 800 intervenciones quirúrgicas en el año posterior al sismo-, participar en la reconstrucción de Haití fue la prioridad de la Red de Médicos del Mundo. Nuestros equipos trabajaron en la consolidación del sistema local de salud proporcionando formación a los equipos de salud, en desarrollo de redes y sistemas comunitarios de Agentes de Salud, asegurando el abastecimiento de material y medicamentos esenciales.   El objetivo es ahora transferir la gestión de los centros de salud sostenidos por Médicos del Mundo al Ministerio de Salud Pública y Población (MSPP). El país sigue enfrentando las mismas fragilidades crónicas: inestabilidad política, escasez de recursos humanos y de medios materiales y un sistema de salud sumamente precario y atravesado por el lucro.

La post-emergencia y reconstrucción del terremoto a nuestros días implicó una compleja trama de la histora y vida en Haití. Meses después a fin de año 2010 en otra zona del centro del país comenzó una epidemia de Cólera que significó hasta hoy más de 9000 muertes y 600.000 casos, o en el 2014 también hubo una epidemia de 4 a 5 millones de casos de Chikungunya. La reconstrucción post-sismo fue y es realmente compleja y extremadamente lenta hasta nuestros días. Más de 1 millón de personas estuvieron más de 2 años en esas carpas y campamentos informales, fueron removidos en el último año y medio pero sin soluciones habitacionales estables y dignas. El acceso a viviendas dignas es para menos del 10% de la población, el resto sobrevive en urbanizaciones y viviendas de extrema precaridad sin acceso a agua segura, sin saneamiento ni recolección de residuos lo cual hace que zonas urbanas sean mega basurales a cielo abierto, las inundaciones en un país tropical son permanentes.

A partir del 2012, Médicos del Mundo junto al UNASUR(Unión Sudamericana de Naciones) apoyado por la República Argentina y su Gobierno nacional, comenzamos en la cooperación sur-sur en Haití en  el fortalecimiento de capacidades de los sistemas locales de salud, en formación de 12 redes y sistemas comunitarios de 450 Agentes de salud que realizan prevención de enfermedades endémicas y Cólera como promoción y vigilancia de la salud, construimos 3 Centros de Salud comunitaria donde funcionan 3 Equipos de Salud de la Familia en atención primaria a más de 25.000 familias en las comunas de Leogane como en Mirebalais, Lascahobas y Belladere en departamento del Centro. También Médicos del Mundo trabaja en combate a la violencia de género y promoción de derechos sexuales y reproductivos en la frontera entre Haití y República Dominicana desde el 2011, donde también se está por inaugurar un Centro de la Mujer Rural para las mujeres migrantes y dominicanas en dicha región.

“Argentina junto a Sudamérica tuvo y tiene un rol muy importante impulsando una nueva cooperación internacional Sur-Sur en Haití que salga de los cánones de la dependencia y del aprovechamiento geopolítico de la tradicional cooperación norte-sur con sus responsabilidades a cuestas de lo que ocurre hoy en Haití”, consideró el Presidente Honorario y Coordinación para América Latina y el Caribe, Gonzalo Basile.

“Haití continúa viviendo una emergencia social, humanitaria y epidemiológica permanente. En lo epidemiológico tiene la mortalidad infantil y materna más alta del continente,  las familias se enferman y mueren de Malaria, TBC, VIH, Cólera, Tifoidea, Filariosis, IRAS, Violencia de género y abortos inseguros, dos tercios de los servicios del sistema de salud son privados y cobran por la atención en salud, que no existe cobertura ni acceso a servicios de salud públicos integrales en muchísimas regiones del país pensando que el 50% de la población en Haití aún vive en zonas rurales y montañosas. En lo social el salario mínimo es de 4 dólares, el 90% de la población sobrevive en trabajo informal y precario, el acceso a agua segura y saneamiento es para menos del 40% de la población, la educación es privada, todos los indicadores sociales y humanos son de los más destructivos de América Latina y el Caribe. A nivel humanitario y político, además sufre una especie de “ocupación” humanitaria del “Onegeismo” y a esto asociado la a militarización que de alguna manera también cercena la soberanía pero además no permite que el propio pueblo haitiano sea protagonista de su recuperación y desarrollo. Uno no puede negar la historia de este pueblo de ser el primero en realizar una revolución de esclavos negros que se independizan, que ayudaron incluso a Bolivar y Miranda con armas y hombres para las luchas libertarias emancipadoras en América Latina, pero también que sufrió varias intervenciones militares norteamericanas, que tuvo una dictadura de 40 años de los Duvalier, que tuvo varios golpes de Estado como el último en 2005, y que todo eso en el proceso social histórico explica la actual crisis humanitaria y política de Haití. Es complejo hablar de “normalidad” en Haití, porque uno podría correr el riesgo de “naturalizar” la deshumanización de la vida y precariedades en exceso que vive aún el pueblo haitiano”, analizó Gonzalo Basile, coordinación para América Latina y el Caribe de Médicos del Mundo.

“Justamente en el mandato de Néstor Kirchner como secretario general, es que la UNASUR crea una Secretaria Técnica de cooperación internacional que desde el 2012 tuvo aportes muy importantes y esto se hizo con apoyo de millones de dólares del UNASUR y de nuestro país directamente. Desde el fortalecimiento del programa Pro-Huerta relanzado en Haití que desarrolla huertas agroecológicas para miles de familias haitianas en todo el país en un tema tan tan sensible como es la seguridad alimentaria en un país con tasas de desnutrición y malnutrición altísimas, en derechos humanos el fallecido y querido Embajador Rodolfo Mattarollo tuvo un papel crucial en UNASUR al impulsar apoyo en las causas contra los crímenes de lesa humanidad contra los Duvalier e intentar juzgar a su hijo, apoyo en el acceso a la Justicia de los sectores populares, también incluso el Instituto de Derechos Humanos del MERCOSUR estuvo colaborando en Haití con las autoridades, y en “Salud” claro UNASUR y Argentina a través de Médicos del Mundo y de las brigadas de Cuba se desarrolló una estrategia de fortalecimiento de la salud pública con construcción del Hospital Néstor Kirchner en Corail, y de los 3 centros de salud comunitaria en diferentes zonas del país y el apoyo en la lucha contra la eliminación del Cólera como en la estrategia de atención primaria de la salud con redes y sistemas comunitarios y equipos de salud de la familia que dan y dieron cobertura a más de 100.000 haitianos; los Cascos Blancos apoyaron la logística en el sismo y luego en tema de control de bromatología y seguridad alimentaria a los comedores escolares del sistema educativo, también la CONADIS como Desarrollo Social de Nacion sé que estuvo con intercambios en tema Discapacidad con autoridades del Estado. Una mención especial merece la obra de la Fundación Valdocco del padre Juan Carlos Molina que tiene más de 60 chicos huerfanos en un hogar en Cabo Haitiano, con quienes como Médicos del Mundo apoyamos en la atención y cuidado de los niños/as. Esto se dio siempre apoyando y fortaleciendo las capacidades públicas del Estado de Haití pero sobre todo también con protagonismo de la sociedad civil haitiana y la participación popular desde una perspectiva de equidad de género y diálogo intercultural.”, explicó Basile.

“Como reflexiones de este nuevo aniversario podemos decir en primer lugar que la cooperación hegemónica tradicional norte-sur nuevamente fracasó, hasta prometió en la conferencia de donantes de Nueva York más de 10.000 dólares para la reconstrucción de Haití y sólo se concretaron menos del 40%. Segundo, Haití aún nos necesita, que necesita a América Latina y a la Argentina como un abrazo entre paises hermanos del continente, quizás Haití el más afrodescendiente, que necesita de nuestra cooperación y presencia activa; no podemos darle la espalda a Haití luego de lo que hemos hecho en estos años. Que tenemos que dejar atrás las ideas de un Haití “violento” y que las respuestas no están en la “militarización” de la acción humanitaria y la cooperación. Las respuestas de nuestros países deben seguir apostando como lo hizo Argentina desde el UNASUR, o Venezuela desde el ALBA, a una nueva cooperación internacional Sur-Sur que construya soberanía y Estado, que construya y fortalezca a la participación popular para que realmente ese pueblo haitianao sufrido pero valeroso con sus capacidades pueda ser protagonista de su destino. No puede haber una reconstrucción real de Haití, sin Haití. Y esto lo podemos hacer entre los Estados con sociedad civil latinoamericana”, expresó Gonzalo Basile, Presidente Honorario y coordinación de América Latina y el Caribe de Médicos del Mundo.

En la actualidad, las delegaciones de Médicos del Mundo Argentina, Bélgica, Canadá, España, Francia y Suiza están presentes en Haití, en las regiones de Grande-Anse, Bas-Artibonite, Centro, Sur, Oeste, Norte, Puerto Príncipe y Les Palmes.

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