Un nuevo año

Manfredo Araújo de Oliveira | Adital

Un nuevo año es sin duda una buena oportunidad para retomar nuestros sueños y nuestro compromiso con ellos. En Brasil, tenemos un sueño colectivo, un sueño que fue tejido por muchos, muchas veces con mucho dolor, muchas lágrimas, mucho sufrimiento, incluso un montón de sangre y muerte.

Este es el gran sueño de un Brasil diferente, de un país que no sea construido solamente por sus élites. Este sueño incluye la esperanza de que Brasil haya comenzado a dar un basta definitivo, a pesar de la contradicción de intereses que se conjugaron, a una sociedad arraigada en desigualdad, discriminación, en injusticias, hambre, la miseria, en la destrucción de seres humanos y la naturaleza, una concepción individualista, egoísta, materialista y hedonista de la vida, insensible al sufrimiento humano, las necesidades de la gente, mediocres y espiritualmente vacía, que son las sombras que marcan la vida cotidiana de nuestras vidas.

El gran reto que renueva con más fuerza , ahora, después de un año en que las manifestaciones populares en todo el país disolvieron estas sombras, es retomar las larga caminada, difícil, tensa, pero firme en otra dirección.
Ya podemos decir que hay signos claros que algo nuevo está emergiendo: es que el debate sobre este sueño se ensancha. Ya no son sólo los grandes, los graduados, los expertos que forman parte de él. El debate ahora es en la sociedad, en las calles, con los sindicalistas, movimientos organizados, con aquellos que no renuncian a la tarea de pensar junto con otros desafíos y tareas comunes.
Esto constituye la radicalización de la democracia y trae consigo una gran novedad: aunque una buena parte de los analistas de nuestra situación de persiste en el viejo dogma de economicismo defendido por la derecha y la izquierda en las sociedades modernas, pero sobre todo portadora de un fin en sí mismos, el debate ampliado va, poco a poco , resituando la escomía en el lugar, donde los griegos ya habían puesto : en el contexto de la vida política , que delibera sobre los principios normativos que deben regir la vida común de los ciudadanos.
Así que, se reconquista el espacio de la de la política, en cuento espacio fundamental, pues es aquí que los seres humanos deliberan y decidan sobre los principios normativos que dan sentido a la vida y la economía colectiva se pone en su debido lugar: como el conjunto de medios de comunicación que deben estar al servicio de las exigencias humanas. Por su parte esta enorme energía espiritual ética y política se viene consolidando y que conduce a un programa consistente de cambios. El sueño solo pude generar energía de trasformación por la participación de todos.
Para que lo anterior sea verdadero, tenemos que superar la tentación de transformar el sueño en delirio, lo que solo es posible con la conciencia clara de los múltiples obstáculos. Pero lo más fundamental es la convicción de que su efectivación depende de todos nosotros. Por ello vale recordar el consejo de Carlos Drumond de Andrade: Para tener un año nuevo digno de tal nombre, Ud. mi amigo, tiene que merecerlo, tiene que hacerlo nuevo.