Declaración ‘urbi et orbi’ provida sobre el aborto

Por Juan Gérvas.

 

Puedo manifestar y manifiesto “urbi et orbi” que:

 

1.- Todo aborto voluntario es un drama y un fracaso social y educativo

El embarazo es un “estado de buena esperanza” y como tal una situación biológica querida y alegre.

De ahí la desesperación de la mujer infértil.

El ideal es que todo embarazo termine en un parto fisiológico de un niño sano.

En teoría todo embarazo debería ser voluntario y buscado, disfrutado hasta el parto (y más allá).

Pero, lamentablemente, son muchos los embarazos no planificados ni deseados que acaban en aborto voluntario.

Y también lamentablemente, los embarazos “involuntarios” son más frecuentes cuanto menor es el grado formal de educación de la mujer y cuanto menor su poder adquisitivo (clase social).

Es decir, el drama del aborto voluntario afecta más a las mujeres de la clase económica débil.

En su origen, pues, el embarazo no deseado es cuestión de clase, cuestión de economía y sociedad, cuestión de educación formal y cuestión de falta de acceso y uso de recursos médicos apropiados.

Por ello todo aborto es un fracaso social y educativo.

El drama de la mujer que se plantea abortar no es un drama personal, sino un drama social y un problema de salud pública.

Las mujeres con más años de educación formal y/o pertenecientes a clases sociales de mayor poder adquisitivo tienen menos embarazos no deseados.

Es decir, las mujeres de clase media y alta logran más embarazos deseados y menos embarazos “involuntarios”.

Por ello el drama del aborto voluntario afecta menos a las mujeres de las clases económicas media y alta.

No es que las mujeres de clase baja tengan más relaciones sexuales en general, sino que tienen más relaciones sexuales sin planificación adecuada, sin métodos efectivos de control de la natalidad.

 

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2871088/

 

Ante cada aborto voluntario hay que preguntarse en qué hemos fracasado, pues el ideal es que no hubiera ni un sólo embarazo no deseado.

El drama de la mujer que se plantea abortar no es un drama personal, sino un drama social y un problema de salud pública.

El aborto voluntario es un drama que afecta más al sector más débil de la sociedad, al sector que de por sí tiene menos perspectivas de vida, peor calidad de vida y menor salud.

Como es natural, los representantes políticos de las clases medias y altas no se preocupan del embarazo no deseado ni del aborto voluntario, pues todo ello les sucede poco a sus votantes y en todo caso su discurso en anti-vida (contra las vidas de las mujeres pobres), como bien se demuestra siguiendo al respecto la actividad del Parlamento en España

 

http://download.journals.elsevierhealth.com/pdfs/journals/0968-8080/PIIS096880800729295X.pdf

 

2.- El aborto voluntario no es cosa del Ministerio de Justicia, ni del Ministerio de Sanidad, ni del Ministerio de Igualdad, ni de clínicas privadas, ni de operaciones quirúrgicas, ni de psiquiatras

El aborto voluntario es un drama social y un problema de salud pública, y por ello es cuestión sobre la que se ha pronunciado la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) para que el drama social y el problema de salud pública no lleven al aumento de la mortalidad materna por el incremento del aborto voluntario clandestino

 

http://www.sespas.es/adminweb/uploads/docs/Declaracion%20SESPAS%20aborto.pdf

 

El Ministerio de Justicia debería estar en lo suyo, a que los jueces sean independientes y a lograr que los presos se rehabiliten.

El Ministerio de Justicia debería interesarse, por ejemplo, por los problemas que llevan a los jueces a ordenar a la policía la investigación de la sede de un partido (probablemente) corrupto en Madrid y de un sindicato (probablemente) corrupto en Sevilla.

El Ministerio de Justicia debería interesarse por la corrupción rampante en España, que lleva a la “Marca España” en corrupción a ser superada sólo por la “Marca Siria” en el grado de descenso a los infiernos en falta de transparencia

 

http://www.publico.es/internacional/486515/espana-pasa-a-ser-el-segundo-pais-tras-siria-donde-mas-aumenta-la-percepcion-de-la-corrupcion

 

No hay nada más destructivo para la sociedad y la salud que la corrupción institucional y global.

El Ministerio de Justicia tendría que ser provida, en el sentido de evitar que se pudran los presos en las cárceles y que mueran las mujeres de clase baja por abortos clandestinos.

El Ministerio de Justicia no debería transformar pecados (según alguna religión) en delitos.

El Ministerio de Justicia ya fracasó al transformar el “pecado” de la homosexualidad en delito.

El Ministerio de Igualdad ya ni existe y nunca se ocupó de la “desigualdad” socioeconómica que subyace al embarazo no deseado, y en todo caso el aborto voluntario es un drama que no debería afectar sólo a la mujer

 

http://www.actasanitaria.com/el-mirador-de-juan-gervas-aborto-a-domicilio/

 

El Ministerio de Sanidad es irrelevante y prescindible, pues no pinta nada de nada en nada, y menos respecto al aborto voluntario.

No es raro, claro, que el Ministerio de Sanidad fomente la solución privada al aborto voluntario.

El Ministerio de Sanidad no exige ni es capaz de exigir la atención en instituciones públicas de una prestación como el aborto voluntario.

Son las Comunidades Autónomas las que tienen autoridad para lograr que el aborto voluntario se haga en instituciones públicas, pero renuncian a lograrlo y callan (y toleran abusivas “objeciones de conciencia”).

La imagen que suele acompañar las informaciones sobre el aborto voluntario lo equipara a intervención quirúrgica mayor, y a quirófano y a anestesia.

Acaban en quirófano apenas el 2% de los abortos voluntarios.

El aborto voluntario es algo íntimo y personal en el 98% de los casos, realizable en casa, con la atención por el médico de cabecera

 

http://equipocesca.org/aborto-voluntario-legal-financiado-publicamente-y-en-casa/

 

El embarazo no deseado no es una enfermedad mental y precisar un aborto voluntario no equivale a estar loca, sino más bien a ser pobre.

Ni el aborto es una enfermedad mental ni los psiquiatras lo son para destrabar pecados que no lo son convertidos en delitos.

Responder a la necesidad, exclusión y pobreza con psiquiatras es querer transformar un problema social y educativo en un problema de salud mental.

Forzadas por las circunstancias, las mujeres llegan a mentir en masa, los psiquiatras se convierten en “colaboradores necesarios” y el problema mental se transforma en la causa del 98% de los abortos voluntarios.

Los psiquiatras no son jueces, ni funcionarios del Ministerio de Justicia, ni profesionales con poderes supra-normales, ni “sacerdotes” científicos garantes de la transformación del pecado en enfermedad

 

http://amsm.es/2013/12/21/posicion-de-la-amsm-en-torno-a-la-reforma-de-la-ley-del-aborto/

 

3.- El aborto voluntario legal no aumenta el número de abortos, pero se suma a la “violencia institucional” y conllevará el incremento de los niños con síndrome de Down y otras alteraciones congénitas

Se ha demostrado reiteradamente que la legalización del aborto voluntario conlleva menores complicaciones del embarazo y menor mortalidad materna sin que aumente el número de abortos voluntarios (disminuyen-desaparecen los abortos clandestinos)

 

http://medicocritico.blogspot.com.es/2013/12/el-aborto-libre-fomenta-el-aborto-dejad.html

 

La legalización del aborto voluntario con una ley de plazos mejora la salud de las mujeres, sobre todo de las pobres, y las restricciones al respecto conllevan un doble problema de salud pública, pues al drama social de los embarazos no deseados se suma el daño de la clandestinidad con su falta de higiene y de métodos adecuados.

La restricción al aborto voluntario conlleva una posición de superioridad moral por parte de los políticos que la implantan (“el embarazo no deseado es prueba de mala vida” y “nosotros sabemos lo que es bueno para las mujeres con embarazados no deseados”) que se traspasa a los clínicos, de forma que al drama de abortar se suma el drama de la “violencia institucional” (del personal sanitario) que se ejerce contra las mujeres que llegan a urgencias y/o ingresan por las consecuencias de los abortos clandestinos

 

http://download.journals.elsevierhealth.com/pdfs/journals/0968-8080/PIIS0968808012406577.pdf

 

Con las restricciones al aborto voluntario dará igual la edad de la mujer embarazada, pues sean 20, 25, 30, 35, 40, 45 ó 50 años, las malformaciones del embrión-feto no son causa legal de aborto; como las malformaciones cromosómicas se incrementan con la edad y en España la edad de los embarazos no hace más que incrementarse, es de esperar que las restricciones al aborto voluntario conllevarán el nacimiento de más niños con síndrome de Down y otras anomalías congénitas que hasta ahora acaban en aborto voluntario (los abortos voluntarios por anomalías congénitas pasaron en Francia del 9% en 1983 al 36% en 2007, tanto por el aumento de la edad de los embarazos como por el aumento de las pruebas prenatales

 

http://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0929693X12003132?via=sd

 

Además, en buena lógica la determinación prenatal de las anomalías cromosómicas se tornará práctica prohibida y perseguida, y desaparecerán los programas de las Comunidades Autónomas, pues será delito el proponer el aborto voluntario consiguiente.

Puesto que las restricciones al aborto recaerán más sobre las mujeres de clase baja (que no tendrán capacidad para viajar para abortar en países de “nuestro entorno”), es de esperar que aumente el número de niños con síndrome de Down entre los pobres.

En Francia y en Australia (con aborto voluntario legal) se pudo demostrar ese impacto de las restricciones por educación y clase socio-económica en el acceso a las pruebas cromosómicas prenatales, y efectivamente en Francia aumentó el número de niños con síndrome de Down entre los pobres

 

http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1479-828X.2010.01250.x/abstract?deniedAccessCustomisedMessage=&userIsAuthenticated=false

 

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1698165/

 

Lo mismo pasará con otros malformaciones y trastornos de embriones y fetos, pues las mujeres de clases media y alta podrán “actuar en consecuencia” y viajar para abortar de forma que aumentarán entre los pobres los niños con minusvalías congénitas graves e irreversibles.

 

4.- En sintesis

 

Hay que legalizar el aborto con una ley de plazos, y al tiempo estar contra la el embarazo involuntario y ser provida sin fisuras. Para eso hay que cambiar la sociedad para que no haya diferencias socio-económicas en general, ni embarazos no deseados (especialmente más frecuentes en mujeres de clase baja). Mientras tanto, hay que ser provida y ayudar a las mujeres pobres para que no tengan barreras ni pasen a la clandestinidad cuando tengan embarazos no deseados. Hay que evitar la “violencia institucional” sanitaria que conlleva el aborto voluntario visto siempre como moralmente reprobable y “evitable” por quienes saben/pueden evitarlo. Nadie tiene superioridad moral sobre nadie, y menos ante un drama como el embarazo involuntario. Hay que ser provida para evitar que nazcan más niños con síndrome de Down y otras anomalías congénitas sobre todo de las mujeres pobres con embarazos no deseados.

Ser provida y estar contra el aborto es mantener legalizado el aborto con una prudente ley de plazos.

 

j.-gervas-4-copia-150x150Juan Gérvas
Médico general jubilado, Equipo CESCA (Madrid, España) jjgervas@gmail.com; mpf1945@gmail.com; www.equipocesca.org; @JuanGrvas

 

 

 

 

Fonte: Acta Sanitaria

 

28 de setembro. Dia Latinoamericano de Luta pela Descriminalização do Aborto. Participe e Assine a Petição!